Circular en Cazorla

Cazorla Marzo 2009.

Amanecemos una fría mañana de marzo en Cortijos Nuevos. Fresca, pero con un cielo totalmente despejado El día se presenta soleado, un sol que poco a poco va inundando con sus potentes rayos el bien mas preciado de estas tierras, el olivar.De cuyo fruto, la aceituna, surge ese tesoro liquido al que llamamos aceite, y del que parece emanar la fuerza de ese sol que ya nos ilumina. Sol que nos va calentando poco a poco mientras ascendemos a Hornos, bonita localidad, encaramada en un risco de la ladera en la sierra de Segura.Hornos parece echo aposta para observar tranquilamente, como el carácter se sus gentes, el bonito valle que se extiende ante si, con el pantano del Tranco en medio y las sierras de Cazorla y Segura a ambos lados, en un incomparable marco lleno de verdor y vida, algo que sorprende al viajero que descubre por primera vez esta tierra, pues desbarata los tópicos que generalmente se tienen sobre el norte verde y el sur seco. Dejamos atrás Hornos y el olivar deja paso a un tupido pinar, que nos acompañara en la dura subida a la sierra, eso si gratificandonos con sus bonitas vistas.

Arriba, a unos 1.400 m , en Pontones, pueblecito encajado en una semi hoz del rió hace fresco y hay que abrigarse. Aquí, el bosque se refugia en las caras sur y lo que domina es la piedra entre la que se abre paso el incipiente Segura, entre abedules, acudimos a su nacimiento, borboteante de energía y movimiento, en nada se parece este nacimiento del rió al que mas lejos, en su arrabal de senectud, riega la conocida huerta murciana.

Pasada Fuente Segura, iniciamos el Gr 144, así se nombra el paso del Gr 14 a su paso por Cazorla. Nos esperan 100 Km de pista, una cañada por la que antiguamente discurría el ganado, que era traído desde las resecas tierras bajas de Andalucía hasta este altiplano, a mas de 1.600 m y donde en el estío abundaba la hierba fresca. Y por este entorno pedaleamos nosotros, como modernos nómadas sobre ruedas, en un paisaje de grandes praderas y karst. Nuestra ruta la adereza la nieve, el invierno fue duro y aunque ahora el sol luce en todo su esplendor, los grandes neveros salpican el paisaje y en numerosas ocasiones copan la carretera. Lo que nos hace repetir una y otra vez una dura rutina, embestir el nevero hasta que se para la bici y a partir de aquí empujar sobre la nieve, abrimos surco, lo que nos indica que somos los primeros en abrirnos paso esta temporada. La ruta es dura, pero preciosa. Pero no todo dura eternamente, llegados al paraje donde se haya un gran pino conocido como de Felix Rodriguez de la fuente, el camino comienza a descender hacia un valle, continuo pero tranquilo, lo que nos permite disfrutar de un precioso paisaje, donde a parte del camino, no se nota la mano del hombre.

Cruzamos el Guadlquivir, que nace a escasos kilómetros.Ahora rodamos por la carretera del fondo del valle, la vegetación es exuberante , la temperatura ideal, rodar al lado del embalse del Tranco, nos deja unas bonitas vistas con la montaña del Yelmo al fondo, conocido enclave en la zona desde donde se practica parapente. Vemos el castillo de Bujaraiza, cuyas ruinas abrazan las aguas. Así casi sin darnos cuenta, llegamos al fin de nuestra ruta, de nuevo en Cortijos Nuevos. Hemos dejado atrás casi doscientos kilómetros por el parque natural de Cazorla, Segura y las Villas. Al que, por mas que regresamos, nunca deja de sorprendernos.